Abrir Los Ojos

¿Qué sentirías si despertaras ciego y sordo?

MI HISTORIA

 
 

1975 a 1994

Mi nombre es Guido Fernández Cornide. Nací en octubre de 1975 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Argentina.

Me críe en el barrio de Palermo y me formé principalmente en la escuela pública. La secundaria la hice en el Colegio Mitre del barrio de Recoleta.

 
 
 
 
 

1994 a 2011

A los 18 años comencé a trabajar en televisión como meritorio en producción. A los 19 ya me desempeñaba como asistente de producción. Con los años me convertí en productor audiovisual. 

Trabajé durante 20 años en Telefe, canal de aire líder de la Argentina, donde realicé todo tipo de formatos y me ocupé de diferentes tareas dentro de la producción. Participé en más de 25 ciclos, durante los que, además de producción, ejercí tareas de guión, dirección y trabajé como creativo. 

En 2003 formé pareja con Georgina y armamos una hermosa familia primero con el nacimiento de Benicio (7 años) y luego con la llegada de Esmeralda (4 años).

 
 
 
 
 

2011 - enfermedad

A partir de una meningitis, derivada de una otitis, estuve un mes en terapia intensiva al borde de la muerte. Durante ese mes pasé 21 días en coma, con pronósticos inciertos, para finalmente despertar de una gran pesadilla y entrar en otra: desperté ciego y sordo. La enfermedad me había sacado dos de mis sentidos vitales, pero no la fortaleza espiritual necesaria para librar la pelea más difícil y transformadora de mi vida. 

 
 
 
 
 

2011 al 2015 - Rehabilitación

La rehabilitación solo ha sido posible mediante el camino del paso a paso. Nada fue apresurado ni mágico. En cada paso estaba la fuerza, la voluntad y la fe de muchas personas que me acompañaban.

En la oscuridad más espesa comenzó a ingresar la luz. El silencio más agudo fue interrumpido por los sonidos de la esperanza.

Con ejercicios inventados por Georgina, mi mujer, y mi amiga Natalia, de a poco fui recuperando parte de mi visión, aun cuando los pronósticos eran negativos.

Con la audición, en cambio, conté con la gran ayuda del Profesor Diamante, que me realizó un implante coclear bilateral. Después siguió el camino de aprender a oír con estos implantes. No fue fácil ni rápido, pero nuevamente la fuerza y el amor lo pudieron todo.

La rehabilitación no solo fue un camino para recuperar el cuerpo, sino que también fue un camino para recuperar lo esencial del alma.

 
 
 
 
 

2016

En la actualidad mis desafíos son constantes, pero trato de no perder el equilibrio y la armonía espiritual adquiridos. Equivocándome a veces, pero atento a no repetir viejos errores y caer en estructuras que ya no representan lo que elijo ser.

Hoy disfruto de mi familia buscando estar consciente en cada momento que compartimos. Mis tiempos para mis proyectos están siempre intercalados con el amor que me regalan mis hijos; compartiendo comidas, plazas y buenos momentos. Con Georgina, “la leona”, nuestro espacio de pareja creció ampliamente y la conexión pudo vencer cualquier desavenencia del pasado.
Mis días están cargados de desafíos, búsquedas y aventuras. El objetivo más importante que me mueve es seguir derribando mis propias limitaciones.

 
 

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